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RAMI ISMAIL
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Mi carrera ha sido bastante abrumadora: en 2010 empecé mi propio estudio de juegos, Vlambeer, como un par de alumnos que abandonaron la escuela. Vlambeer se convirtió rápidamente en un nombre indie muy conocido, y mis esfuerzos por promocionarlo dieron lugar accidentalmente a una carrera de orador que continúa hasta hoy. Mis charlas en público se hicieron rápidamente muy populares y me llevaron a viajar por todo el mundo. Eso me llevó a conocer a una cantidad incontable de interesantes desarrolladores de juegos que hacían un trabajo increíble, y a veteranos de la industria con un conocimiento inagotable del sector.
THOSE ONES WHO MAKE A CHANGE
Vivimos en un mundo extraordinario. Un mundo en el que los medios de expresión artística, tales como la música, el arte, el cine o la televisión, más allá de cumplir con su propósito inicial, el de expresar una problemática, un descontento, una opinión o un sentimiento concreto de una manera interesante e imaginativa, se han convertido en industrias gigantescas, en las que predomina el ansia por generar beneficios más allá de la calidad del contenido. Cada vez vemos más y más como las voces reales, aquellas que tienen verdaderamente algo que decir, se ven acalladas por aquellas voces vacías, que solo se encargan de decir lo justo para generar la mayor cantidad de dinero posible.
La industria del videojuego, el tópico que nos concierne en este momento, no se encuentra ajena a esta situación. Es fácilmente observable como las grandes empresas de videojuegos, aquellas que en su momento nacieron para romper el molde y crear una nueva manera de entretenimiento, se han convertido en cáscaras sin alma, dedicadas no a expresar ideas nuevas y refrescantes, si no a quedarse en una escena formulaica, un molde en el cual se mantienen estancados siempre y cuando genere ganancias, mientras que aquellos desarrolladores con ideas interesantes, que pueden funcionar y crear una nueva manera de ver este medio, no obtienen la visibilidad que se merecen.
El dinero mueve el mundo, y sin él, es muy difícil generar un cambio.
A pesar de esta deprimente panorámica, es bien sabido que de este extraordinario mundo, pueden nacer mentes extraordinarias. Personas capaces generar un cambio, de hacer la diferencia. Rami Ismail, cofundador del estudio indie de videojuegos Vlambeer y reconocido embajador de la industria, es un gran ejemplo de este tipo de mentes.
Rami Ismail se interesó por el desarrollo de videojuegos desde una edad muy temprana, pero no fue hasta la creación de su estudio indie, Vlambeer, que se generó un punto de inflexión en lo que sería su participación en este medio. Como él mismo dice, “Vlambeer didn’t just become a game studio, it also became a statement. It was a statement that two kids could start a game studio, that GameMaker was a valid engine, that iOS was a platform you can make premium games on, that indies should be able to make games for console, that you can develop games live on Twitch, that you can take your marketing seriously – then we kind of ran out of things to say.”
Desde ese entonces, Rami Ismail ha luchado constantemente por aquellos que no son representados. Se ha convertido en un ícono de la industria, buscando convertirla en un lugar más diverso, inclusivo y seguro.
Se trata de un trotamundos y un embajador. Se dedica principalmente a viajar por todo el mundo, dando charlas no solo en países donde la industria del videojuego es fuerte, como Estados Unidos, Europa y Japón, si no también en zonas donde la industria se encuentra en auge, como América del Sur, África, Oriente Medio y partes del sudeste asiático. Su misión es la de enseñar a desarrolladores locales como tener un mayor éxito en esta industria, así como también dar charlas sobre diseño de videojuegos y apoyar ideas con gran potencial
Además de hacer esto, se ha dedicado también a elaborar herramientas que faciliten el desarrollo de videojuegos, hacer consultas por videollamada para dar consejo a aquel que lo necesite, y escribir blogs y notas donde expresa sus experiencias y busca dar apoyo a todo el que quiera inmiscuirse en esta industria, velando principalmente por aquellos que no son verdaderamente representados en este medio
En una industria donde el ambiente es injusto y asfixiante, personas extraordinarias como Rami Ismail son necesarias para dar eco a aquellas voces que no son escuchadas. Es por esto que consideramos que pertenece a “Aquellos que pueden marcar la diferencia”.
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